Con motivo de la Semana Sin Humo, quiero recordar cómo afecta el humo del tabaco en nuestros hijos y qué podemos hacer para protegerlos.
La edad de inicio del tabaco de muchos escolares está en 10-14 años. Y en esta edad las niñas fuman más que los niños. Una vez iniciado el tabaco, el abandonarlo es un reto.
Aunque cada vez son más los centros escolares que trabajan las Clases Sin Humo, como padres y madres tenemos mucho que decir y hacer. Somos el modelo para nuestros hijos e hijas, que nos copian e imitan.
“Si fumas, tienes que saber que también perjudicas la salud de tu hijo”
¿Cómo afecta el tabaquismo en la infancia?
El humo del tabaco es irritante para la nariz, ojos, garganta y pecho. La exposición al humo del tabaco durante la infancia aumenta la probabilidad de que tu hijo sufra bronquitis, infecciones de garganta, oído, neumonía y ataques de asma. Aunque no fumes delante de ellos, las sustancias tóxicas del humo del tabaco que quedan en tu ropa y en los dedos también les perjudica. Estas sustancias con el tiempo van evolucionando a sustancias tóxicas dañinas, incluso cancerígenas.
“Es importante mantener un hogar limpio y libre del humo del tabaco”
Si estás embarazada y fumas o estás expuesta al humo ajeno, debes saber que…
- El bebé no recibe suficiente oxígeno a través de la placenta.
- Existe mayor riesgo de abortos espontáneos, partos prematuros y bajo peso al nacer.
Si estás en periodo de lactancia y fumas o estás expuesta al humo ajeno, debes saber que…
- Existe mayor riesgo de muerte súbita del lactante.
- Disminuye la calidad y la cantidad de la leche materna.
- Los bebés tienden a tener más problemas respiratorios y dormir peor.
¿Qué podemos hacer para evitar el tabaquismo pasivo en la infancia y el inicio del consumo?
- Si fumas, intenta abandonar el hábito y evita fumar en presencia de menores, aún en espacios abiertos.
- No fumar en espacios cerrados, incluidos la casa o el coche.
- Pedir que hagan igual los otros adultos cercanos (abuelos, parientes, amigos, cuidadores…) para evitar, además, la imitación.
- No fumar en presencia de mujeres embarazadas.
- Explicar a los menores los peligros del consumo del tabaco.
- Aunque se fume, expresar abiertamente frases como “me hubiera gustado no haber empezado a fumar nunca…” o “aunque fumo, quiero dejarlo, en realidad es lo mejor para mi salud y para la vuestra…”. Esto ayudará a ser crítico con el propio consumo de tabaco.
- Ayúdale a crear hábitos saludables, reforzando lo que aprende en la escuela. Es muy importante llevar una dieta sana, variada y equilibrada, hacer ejercicio físico y mantenerse lejos del tabaco y otras drogas.
Quiero dejar de fumar. ¿Por dónde empiezo?
Si quieres dar el paso y dejar de fumar,
- Dispones de un montón de material de ayuda en el centro de salud, farmacias y recursos on line.
- Establece un día para dejarlo.
- Pide ayuda en el centro de salud o en tu farmacia.
“Dejar de fumar es la mejor receta para cuidar tu salud y la de tus hijos. ¿Te animas?”
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