En el desarrollo integral del niño, los adultos debemos garantizar que todos sus necesidades estén llenos. Aparte de las necesidades materiales, tiene una gran importancia llenar las necesidades emocionales. Hoy en día por el ritmo de vida que llevamos los niños no reciben tanto amor, cuidado y atención y esto puede afectarles en su autoestima.
El autoestima, es una necesidad emocional que necesita cada ser humano. El autoestima es muy diferente en la niñez y madurez. Una persona adulta sabe cual es su identidad, es consciente con su estado y su bienestar mayormente se basa en sus acciones y actitud. Un niño en cambio, está en proceso de crecimiento, su personalidad y la forma de ser está en proceso de desarrollo, y entonces, su bienestar no sólo está en sus manos, tienen mucho que decir el estado de la familia y los académicos.
La base de tener un buen autoestima en la madurez está en los primeros años de la niñez.
El autoestima, es tener conciencia de los valores propios que tiene cada persona; la forma de ser y el entorno donde se desarrolla el niño están unidos.
Como hemos mencionado, es muy importante que el niño tenga una buena autoestima, ya que este afectará a los estudios, la relación con los demás y como no, a la hora de conseguir la felicidad. Cuando un niño consiga una buena autoestima sentirá que es capaz. Se sentirá valioso.
En cambio, el que tenga una autoestima baja no se sentirá capaz de nada. Creerá que no vale, que es menos que los demás. Sentirá vergüenza, se relacionará de un modo crítico y tendrá menos creatividad. Todo esto puede que traiga problemas de conducta, violencia y alejamiento de las amistades.
¿Qué podemos hacer como padres y educadores para fortalecer el autoestima de los niños?
El autoestima no es una cosa que se enseña en la escuela. Se debe trabajar y reforzar todos los días con relaciones personalez de confianza y respeto. Siempre tenemos que tener en cuenta la parte emocional del niño con los padres y educadores. Se debe hacer caso a los cambios de estado de ánimo y altibajos emocionales.
Teniendo en cuenta que que la baja autoestima conlleva graves problemas (depresión, trastornos alimenticios, problemas con las drogas…), es indispensable aceptar que es un tema que debemos trabajar desde pequeños con nuestros hijos.
Como se prioriza el bienestar físico del niño, deberíamos de colocar en el mismo nivel el bienestar psíquico y la salud emocional.
Con una buena autoestima llegarán a la adolescencia con una bases firmes.
Diferentes opciones para impulsar la autoestima:
* Fortalecer la autonomía. Hacer las cosas por ellos mismos y darse cuenta que son capaces.
* No a las críticas. Evitar frases como «Eres malo/a», «¡siempre igual!».
* Comparaciones y etiquetas no. Son los mayores enemigos de la autoestima.
* Hacer verdadera alabanzas y aplaudir los logros. Le ayudarás a tener mejor imagen de si mismo, fortaleciendo la base de su autoestima.
* Recordarle sus características positivas. Junto a su entorno.
* Educar usando disciplina positiva. Los niños necesitan límites, normas y rutinas. Sabiendo lo que ocurrirá tendrán más seguridad.
* Tener confianza en sus pequeñas habilidades. Si le demuestras que tienes confianza en él, él también lo tendrá sobre el mismo.
* Y sobre todo, reforzar su autoestima ofreciendo nuestro amor. No sólo es querer al niño, él también se tiene que sentir querido.
Reforzar el autoestima mediante juegos
Los juegos tienen gran importancia en el desarrollo del niño. Los juegos le ayudarán a conocer sus características, sus habilidades y límites quedan a la vista. Es importante jugar con tus niños. A través del juego les haremos saber cuanto valen y cuanto tienen para aprender. Aquí un ejemplo:
Caja del tesoro oculto: (iturria: Sara Tarrés Corominas, psicóloga infantil) Este juego se debe realizar con un grupo de niños (3-4 mínimo). Se trata una dinámica que permitirá que los niños descubran lo únicos y especiales que son. Dentro de una caja esconderemos un espejo. A los niños les explicaremos que dentro hay un tesoro único en el mundo, algo especial, maravilloso, algo irrepetible. Generaremos así expectativa. De uno en uno, abriremos la caja y pediremos que no diga nada a nadie. Cuando todos los niños hayan visto el tesoro pediremos que digan en voz alta qué es lo que han visto. Tras esto, les preguntaremos que digan en voz alta qué creen ellos que les hace únicos y especiales, personas irrepetibles y maravillosas.
Imagen: Chris & Karen Highland
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